¡Hola, hola! ¿Se puede?

 

Mi nombre es Escherichia coli, aunque todo el mundo me llama E. coli.

Soy una bacteria perteneciente a la familia de las enterobacterias, al igual que la archiconocida señora Salmonella typhimurium.

Soy tan pequeña que no puedes verme a simple vista, pero estoy aquí. Mido tan sólo 1 micrómetro de largo, o sea, 0,000001 metros. Para que te hagas una idea, mi longitud es 100 veces menor que el grosor de un pelo. Así que, si me quieres observar, deberás utilizar un microscopio.

Si lo haces, verás que estoy compuesta por una sola célula de forma alargada, conocida como bacilo, rodeada de múltiples “pelos” cortos (fimbrias) y algunos más largos (flagelos) que me permiten viajar de un lado a otro.

Se me considera un microorganismo “no exigente” y, por tanto, fácilmente cultivable. Si las condiciones son favorables, soy capaz de multiplicarme en cuestión de minutos, por lo que en tan sólo 24 horas puedo generar millones de células “hijas”.

El extenso conocimiento que existe sobre mí me ha convertido en uno de los organismos modelo más utilizados en los laboratorios para llevar a cabo multitud de investigaciones. Para sentirme como en casa, debo disponer de un alimento adecuado que satisfaga mis requerimientos nutricionales, y una temperatura de unos 37 ºC.

Aunque a veces se nos asocie con diarreas y vómitos, no debes temernos, pues la mayoría de las E.coli somos inocuas, no peligrosas para la salud. De hecho, nos encontramos mayoritariamente en el tracto gastrointestinal de los animales de sangre caliente, ¡sí, en el tuyo también!, desempeñando funciones tan importantes como la ayuda a la digestión de los alimentos, la regulación de la microbiota intestinal y la contribución en la producción de vitaminas.

Pero como en toda familia, siempre hay una oveja negra. Algunas cepas de mi especie, como E. coli productora de toxina Shiga (también llamada STEC), son patogénicas y pueden provocaros enfermedades, como por ejemplo el síndrome hemolítico urémico.

 

 

Aun así, si los productos destinados al consumo humano contienen niveles elevados de nosotras, las E.Coli, su ingesta puede provocar intoxicaciones alimentarias. Para prevenir este tipo de infecciones, te recomiendo llevar a cabo una adecuada manipulación y procesado de los alimentos, pues cuando llegamos a ellos son uno de nuestros principales medios de transporte para entrar en vuestro organismo.

Para garantizar la seguridad alimentaria, os recomiendo que realicéis análisis de vuestros productos y zonas de trabajo, es fundamental comprobar si en esa ocasión estamos presentes o hemos cogido otro tren.

 

Bueno, después de este breve resumen sobre mí, me despido y me vuelvo al congelador, que estos de Ferlabs me "quieren" tanto que me conservan en frío para que no me vaya.

 

¡Gracias a todos por leerme!

 

PD: si queréis verme, venid a visitarme.

 

 

 

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